La Fundación Colucho es una entidad constituida en 2016 para rendir tributo y continuar la labor de D. José Colucho Moñino, fundador de Grupo Sureste, favoreciendo el desarrollo económico, social y cultural de la sociedad española, de acuerdo con los principios universales que rigen la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Al tiempo, la adscripción de Grupo Sureste al patronato de la Fundación, se enmarca dentro del compromiso y responsabilidad social corporativa de este grupo de empresas pertenecientes al sector de la seguridad privada.
Varias son las áreas sobre las que la Fundación Colucho desarrolla sus acciones, de acuerdo a los fines que tiene establecidos.
En cuanto al ámbito personal o sector de población atendida, la actuación abarca:
Por un lado, al colectivo profesional dedicado a labores de seguridad ciudadana, apoyando su promoción y el conocimiento público de su importante labor, capaz de salvar vidas.
De otro lado, a las personas que han sido víctimas de delitos, con especial atención a los menores, a las víctimas de actos terroristas y a las víctimas de la violencia de género.
Apoyamos también programas que ayudan a mejorar las condiciones de vida, la plena integración y el desarrollo integral de las personas en riesgo de exclusión, y prestamos apoyo a quienes, desde las más diversas facetas (artísticas, culturales, docentes, investigadoras, deportivas, emprendedoras…) promueven la construcción de una sociedad más justa y tolerante.
Conscientes de la importante labor que muchas organizaciones vienen desarrollando en campos que coinciden con fines de la FUNDACIÓN COLUCHO, desde el patronato de la misma se establecerán ayudas anuales destinadas a apoyar a estas entidades y asociaciones sin ánimo de lucro.
Estas ayudas se darán a conocer a través de las pertinentes convocatorias, a las que podrán acudir las ONG interesadas.
La Fundación apoyará a su vez la divulgación de los proyectos que resulten beneficiarios.
Para el establecimiento anual de las convocatorias de ayuda, la selección de proyectos y su posterior evaluación, FUNDACIÓN COLUCHO cuenta con un Consejo Asesor.
Entre sus miembros se encuentran empresarios de reconocido prestigio; directivos de organizaciones; personas con experiencia en el ámbito de la acción social, el voluntariado y la cooperación, que aportan en su conjunto un plus de calidad a la acción emprendida por la Fundación.
El Patronato de la Fundación Colucho, reunido en sesión constitutiva, adoptó por unanimidad de sus miembros, como primera resolución, proceder al nombramiento de D. José Colucho Moñino, como Presidente de Honor de la misma, cargo que se le concede con carácter vitalicio. Nacido en pedanía murciana de La Arboleja, en 1954, en el seno de una familia humilde, D. José Colucho fue el segundo de cinco hermanos en ver la luz, y el mayor de los varones.
Cuando contaba con apenas 12 años de edad, sus padres trasladaron la residencia familiar al Camino del Badén, decisión que, a la postre, condicionaría toda su vida. Allí conoció a quien, una década después, se convertiría en su mujer y principal apoyo, Dª Celestina Fernández Ayala; allí nacieron y se criaron sus tres hijos: José David, Raúl y Javier; y allí empezó también la andadura empresarial de Grupo Sureste.
Consciente, desde muy temprana edad, de la necesidad de ayudar al sostenimiento económico de su familia, D. José Colucho consiguió una bicicleta con la que, antes de cumplir los 13 años, recorría calles, caminos y veredas, repartiendo el diario La Verdad. En una de esas idas y venidas reparó en que, un comercio tradicional, Novedades Clemente, ubicado en la calle Sociedad, necesitaba un dependiente. Ataviado con la ropa de los domingos y con la firme determinación que siempre le ha acompañado, logró hacerse con el puesto. Y ahí habría seguido, de no ser porque el propietario descubrió que era menor de 16 años, por lo que no podía hacerle un contrato.
Meses más tarde, ya con la edad reglamentaria, con la misma decisión y algo más de experiencia, fue la zapatería Calzados Guerrero, que se ubicaba en el Puente, la que le contrató. Su habilidad comercial pronto condujo a otra oferta, incorporándose a la plantilla de Calzados Marfil, en la céntrica esquina de la Plaza de Santa Isabel con la Gran Vía de Murcia.
El 2 de agosto de 1992, la emblemática zapatería Marfil, a la que D. José Colucho había consagrado más de un cuarto de siglo de vida profesional, cierra por jubilación de su propietario. Apenas veinticuatro horas más tarde, sin pensarlo dos veces, sin mirar atrás, sin lamentos, en un ejercicio puro de adaptación, D. José Colucho había logrado reinventarse, vistiendo por primera vez el uniforme de vigilante de seguridad, para cambiar los días por las noches, largos turnos de noche, al cuidado de establecimientos empresariales y explotaciones agrarias.
Pero la suerte no parecía estar de su lado, porque la empresa que le dio la oportunidad de probarse en una profesión tan radicalmente distinta, cerró su actividad, víctima de la crisis económica. Era el año 1993, y el horizonte no podía ser más negro. Desempleado casi con 40 años de edad, con tres hijos, debiéndose abrir camino en un contexto en el que uno de cada cuatro españoles, muchos más jóvenes, con mayor formación, engrosaba las listas del paro.
Lejos de rendirse, junto a uno de sus hermanos, que inicialmente participaría como socio, reunió los pocos ahorros que tenía, hipotecó su casa, y apostó esta vez por su propia empresa. Fue así como, en un pequeño local del camino del Badén, desde una mesa y un teléfono, un niño de 13 años, Raúl Colucho, al volver del colegio, empezó a ayudar a atender las llamadas de los primeros clientes de Sureste Seguridad, mientras su madre cosía y lavaba los uniformes de los vigilantes, primero tres, luego seis, quince, veinte, cien…
La empresa fue creciendo, con la familia volcada en ella. Los fines de semana, las fiestas, las vacaciones de otros, eran en cambio los momentos de mayor demanda de actividad. Muchos años habrían de pasar hasta que la familia Colucho pudiera verse reunida, de nuevo, para celebrar juntos una Nochevieja.
Hoy, Grupo Sureste emplea a más de 2.000 familias y ocupa uno de los primeros puestos en el sector español de seguridad privada.
Hombre forjado en valores tan necesarios como la capacidad de sacrificio; de esfuerzo; de superación… la responsabilidad (nunca, ni en los momentos más difíciles, se pagó una nómina a destiempo); D. José Colucho constituye por todo ello, sin duda, un modelo y una referencia a seguir.
La Fundación Colucho, y la obra de promoción social, económica y cultural que con ella se empieza, procurará conducirse siempre por estos valores y principios, que son los que sin duda atesora su Presidente de Honor.